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El papel que cumple la televisión peruana sobre   el Acoso Sexual Callejero

Por: Valeria Tornero Cortés

La sociedad moderna del siglo XXI es considerada como “la sociedad de la comunicación” debido a que los medios de comunicación influyen sobre la población, alterando para todos la forma en la que viven, sus costumbres, decisiones y pensamientos. En la actualidad, la información que brindan les medios de comunicación se ha transformado en un factor imprescindible para todos, ya que nos instruye y facilita el aprendizaje, la toma de decisiones, y al mismo tiempo de desarrollar experiencias que nos facilitan la comprensión del entorno. La rapidez y la eficacia con la que se desarrollan los sistemas de comunicación y de información, generan interés en el ser humano, y al mismo tiempo, que este se convierta en dependiente de su uso. Según el estudio cuantitativo sobre consumo radial y televisivo realizado por Lima Consultiva en enero del 2018, los peruanos dedican 3 horas de su día a mirar televisión de lunes a viernes, y el 65% cuenta con televisión de suscripción por cable. Durante siglos, el acoso sexual callejero se ha considerado como un acto tradicional y natural de los hombres. Las investigaciones realizadas indican que es el aprendizaje social el principal factor que origina esta clase de conductas. La violencia de género no es innata en los hombres, ya que todos somos el resultado de toda una historia de aprendizaje. El acoso sexual corresponde a la forma en la que el acosador aprendió a concebir a las mujeres y a lo femenino, entendiendo que las relaciones no se establecen en forma de igualdad. Por ello, uno de los principales factores influyentes en nuestro aprendizaje social es la televisión, por ende es importante proyectar un mejor mensaje de la mujer.
La televisión es un medio de comunicación muy influyente en el hogar, en la vida cotidiana e inclusive en la forma de pensar y actuar de quienes consumen este medio. La televisión tiene la característica de proveer estímulos visuales y auditivos, por ello, su alcance es mayor y más eficaz en comparación del resto de medios de comunicación social. Está demostrado que este medio de comunicación contiene mensajes de baja calidad artística en países subdesarrollados, por ello, la presencia de violencia y agresión es muy alta, sin olvidar su vital importancia en la creación de estereotipos en la sociedad. Los estereotipos son imágenes o modelos que usualmente están vinculados a grupos sociales basados en diferentes características, tales como sus conductas, cualidades o habilidades. En la televisión podemos obtener múltiples estereotipos y muchos son relacionados con la mujer. Los estereotipos más comunes contra la mujer son: Los estereotipos de Autoridad, estereotipos sobre las diferentes características psicofísicas en cada género y el de importancia del cuerpo y de apariencia. El estereotipo de autoridad proyectado en la TV, nos enseña que el hombre, suele poseer atribuciones de poder. Esto lo podemos ejemplificar con el hecho que estadísticamente es muy usual que la voz en off, algo común en programas de entretenimiento, sean de varón, lo cual denota un claro símbolo de autoridad. El siguiente estereotipo generado por la televisión, es creer en diferentes características psicofísicas de cada género. Nos proyecta que según el género que tiene la persona, está determinado y limitado a tener una forma de ser y accionar. Esto es muy común en el mensaje mediático, y lo vemos en diferentes tipos de programas a diario, en donde a mujer no puede tener el mismo reconocimiento que un hombre pese a tener las mismas condiciones. Como consecuencia con las factores anteriores, nace el estereotipo de la importancia del cuerpo y de la apariencia externa de las mujeres. Este es un tema que la mujer y la sociedad han aceptado como verdadero, sin darse cuenta que limitan a las mujeres a ser vistas como un objeto de deseo y perfección. Esto se ve reflejado en publicidades en las cuales la mujer “prototipo”, es un objeto más que ayuda a la venta de un producto.
Según el análisis de la imagen de las mujeres en la programación televisiva transmitida en Lima, realizada por Mery Vargas, acerca de diversos programas televisivos, se llegó a descubrir que dentro de muchos, se evidencia múltiples situaciones sexuales y excesivo lenguaje sexual. Las situaciones sexuales se encuentran presentes en series y novelas, programas humorísticos y programas de espectáculos que sintonizan los limeños. En las series y novelas, las situaciones sexuales más comunes son: la presentación de personajes femeninos con prendas muy cortas y pegadas que exhiben sus cuerpos, la interacción de las cámaras de televisión con las actrices elaborando tomas de secciones de sus cuerpos, la presencia de personajes del sexo masculino dándole “la vuelta” y refiriéndose sexualmente al cuerpo de una mujer. En los programas humorísticos, las situaciones sexuales más cometidas son: personajes masculinos sacando ventaja de situaciones para mirar y hasta manosear a las mujeres, añadir chicas con ropa corta y ceñida con el único fin de ser mostradas, ya que no aportan comicidad a la escena, también agregar bromas sobre la experiencia sexual de las chicas con menosprecio. En los programas de espectáculos, las situaciones sexuales se refieren al atractivo del cuerpo de las mujeres. Esto se puede evidenciar en: la presentación de la conductora con tomas de su cuerpo y el de las bailarinas, y mensajes en la pantalla como “está bien potable”. El lenguaje sexual se presenta en series y novelas, programas humorísticos y programas de espectáculos que sintonizan los peruanos. En las series y novelas, los mensajes sexistas más frecuentes son: calificación a las actrices por sus conductas en el plano sexual, esto se observa en frases como “eres una jugadora roba maridos”, se identifican frases que demuestran que lo único importante en las mujeres es su atractivo físico. En los programas humorísticos, el lenguaje sexual se evidencia en diálogos que proyectan que las mujeres se deben someter a sus maridos, las vedettes son prostitutas, que las mujeres son tontas y que una mujer debe de ser hermosa para ser deseada sexualmente. En los programas de espectáculos, el lenguaje sexista presenta a las mujeres infieles como merecedoras de todo lo malo que les suceda y presenta a las mujeres engañadas como ingenuas, pues se alude que no deberían confiar en los hombres.
Cuando nos referimos a la imagen de la mujer en la televisión peruana, hacemos alusión a lo que estas representan, puesto que aún persiste la imagen de la mujer como un ser hipersexualizado, pues se ve expuesta a continuas muestras de su cuerpo y hasta desnudos como principal característica. Esto ha generado molestia en muchas personas, como confirma el estudio realizado por CONCORP TV, que nos indica que el 63% de peruanos considera que la mujer es mostrada de forma negativa en la televisión. Los departamentos con mayor índice de porcentaje que están de acuerdo con esta a percepción son: Ayacucho, Cuzco, Huancayo y Lima. El Perú posee una sociedad machista en donde el cuerpo de la mujer es proyectado como un objeto de entretenimiento y diversión de los hombres a través de la televisión. De esta manera, las mujeres quedan limitadas a ser concebidas como un cuerpo o parte de este. Es importante replantear el mensaje que brindan los programas de televisión sobre la mujer al público peruano, ya que, de no ser así, se seguirá dañando la dignidad y moral de las mujeres, y a su vez, alimentando el pensamiento de que las mujeres son solo un cuerpo. Es confirmado que el acoso sexual callejero es resultado del pensamiento de que las mujeres son inferiores a los hombres y están siempre al servicio de ellos, por ello, es de vital importancia corregir este erróneo aprendizaje sobre la mujer
desde una de las fuentes de aprendizaje social con mayor alcance, como lo es la televisión.

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La televisión peruana es uno de los principales factores influyentes en la cultura nacional. En esta imagen podemos observar uno de los mas preocupantes efectos que genera la televisión hacia su audiencia, el cual es impulsar un instinto animal en los hombres. Esto sumado con el erróneo aprendizaje social y cultural de los varones, se desencadena el pensamiento de que la mujer es solo un objeto de deseo y propiedad, que da como resultado: El acoso sexual callejero.

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