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Machismo en la Sociedad Peruana

Por  Milagros Bulnes

En los últimos años, la sociedad peruana se ha visto caracterizada por presentar aspectos denigrantes contra la mujer. Estos se pueden manifestar de distintas maneras, y pueden ser en distintos aspectos, como en lo laboral. Por lo anterior, la mujer, a lo largo de la historia, ha tenido que luchar constantemente por sus derechos y por una igualdad social y jerárquica con el hombre. Toda esta desvalorización de las mujeres tiene un punto de partida, el cual es en la prehistoria, donde mandaba la ley del más fuerte, y donde ser hombre significaba tener ventajas en la supervivencia, puesto que era fundamental tener la rapidez y la fuerza necesaria para cazar y huir del peligro. Todo esto provocó que, en un futuro, los hombres las siguieran tratando de esta forma, y así se comenzó a formar y consolidar una sociedad donde el hombre predominaría en todo campo, lo cual es conocido actualmente como “sociedad machista” (Lerner, G., 1986). Lamentablemente, Perú es uno de los países donde predomina esta ideología, tanto en jóvenes como en adultos y, de esta manera, las mujeres peruanas sufren sus distintas manifestaciones, de las cuales podemos resaltar el acoso sexual callejero.

El machismo es una ideología donde la mujer es considerada inferior en distintos aspectos con respecto al hombre, y se caracteriza por la obsesión de este con la virilidad y cómo demostrarla (Equipo de Redacción de “Concepto.de”, 2018). Los ámbitos en los que se denigra a la mujer pueden variar dependiendo de la cultura, como en la nuestra, donde la mujer toma el rol de ama de casa, mientras que el hombre se convierte en el proveedor de dinero, “el sustento del hogar”, y de esta manera demostrar su virilidad ante la sociedad. Esto lleva a las mujeres a sentirse como un objeto de trabajo o un simple utensilio para procrear y atender las necesidades de los hombres. Pero, a pesar de que, en la actualidad, muchas mujeres se superan y logran salir adelante ante este tipo de situaciones, la otra parte simplemente no hace nada, y piensa que es algo normal que se da en todas las sociedades, por lo que se vuelven sumisas ante los gritos, los abusos y los maltratos constantes que la mayoría de las veces son dirigidos de sus parejas sentimentales (Torres, A., S/F). Este tipo de comportamiento ha ido pasando de generación en generación, desde la antigüedad hasta la actualidad. Por ello, aún podemos verlo en distintas ocasiones en nuestra vida cotidiana. A pesar de esto, muchas de las nuevas generaciones se han dado cuenta de lo mala y absurda que es esta ideología, por lo que comienzan a seguir sus propios ideales, en los cuales respetan de igual manera a hombres y mujeres.

Ciertamente, desde la antigüedad, se han ido creando distintos tipos de estereotipos sobre el hombre y la mujer en la sociedad. El más conocido es el creer que las mujeres son el género débil. Esto proviene de la época donde era necesario que los hombres protegieran a las mujeres ante los depredadores y lucharan las batallas que ellas no podían. Pero esto ya no es necesario para ninguna mujer, puesto que el ser humano ya no requiere de la fuerza para sobrevivir, sino más bien es necesario el intelecto. De esta manera, hombres y mujeres pueden dar a conocer sus ideas y opiniones. Dentro de nuestra sociedad, también podemos destacar los distintos roles sociales que se le han impuesto a las mujeres y hombres. Por ejemplo, el rol de ama de casa fue establecido únicamente para las mujeres, quienes, al no tener derecho al estudio, no podían hacer otra cosa más que atender al marido y cuidar de los hijos. En cambio, el hombre siempre fue visto como el pilar fundamental de la sostenibilidad de la familia, a quien le aportaría distintas cosas materiales, como dinero, tierras, etc. Además de todo ello, la mujer también ha sido hipersexualizada en todos los medios, tanto cine, radio, y televisión. Lamentablemente, esto ha llevado a que las mujeres sean vistas simplemente como objetos sexuales, exponiéndolas a constantes abusos y maltratos, lo que las hace sentir obsoletas comparadas con el género masculino. Esto conlleva, a que los hombres tengan una sensación de superioridad frente a ellas, no solo por el físico, sino también en lo intelectual y psicológico.

En conclusión, podemos señalar que en nuestra sociedad aún perdura el machismo, y que esto afecta directamente a las mujeres, quienes, con el paso del tiempo, han logrado superar esta ideología y se han dado a respetar. Sin embargo, aquellos hombres con esta forma de pensar son los causantes del acoso sexual callejero, ya que, al ver a las mujeres como simples objetos, estos manifiestan su forma de pensar al insultar o denigrar a las mujeres en las calles. Además de ello, las mujeres también son víctimas de groserías sexuales, que los varones con esta mentalidad utilizan para demostrar su hombría con ellos mismos o frente a sus colegas. Por lo que, mientras siga existiendo el machismo en nuestra sociedad, seguirá causando daños y perjuicios a las mujeres, hasta que estas lo afronten en colaboración de los hombres que ya no tienen ese tipo de mentalidad. De este modo se dará inicio a una nueva etapa en la historia, donde ambos géneros serán vistos y tratados con equidad. Y así se logrará apaciguar e incluso erradicar el acoso sexual callejero, y las mujeres lograrán transitar por la vía pública de manera libre y tranquila. Asimismo, podremos darles un mejor futuro a las próximas generaciones.

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El machismo es aquella sombra que diariamente persigue a las mujeres, quienes sentiran impotencia y miedo ante este. A pesar de ello, esta ideología desaparece con el paso del tiempo, y se espera que pronto se puedan construir las bases de una sociedad igualitaria.

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