Objetificación en los medios de comunicación
El acoso sexual callejero es un problema constante y habitual en la sociedad peruana, específicamente para las mujeres. El acoso callejero es la práctica connotativa sexual por un desconocido que genera incomodidad y malestar en la víctima. Esto sucede en espacios públicos como la calle o el transporte público. Según el Datum Internacional (2018), Perú es considerado el segundo país con mayor índice de violencia sexual en el mundo con un 41 % en el último año. Tocamientos indebidos, frases obscenas, piropos y silbidos forman parte del día a día de las mujeres de nuestro país, lo que provocaría inseguridad y temor al encontrarse fuera de sus hogares. Según Mariella Sausa (2018), en el 2015, el Congreso de la República aprobó la Ley N° 27942 , la sanción y multa del acoso sexual en la vía pública, pero en la actualidad solo 15 distritos de Lima lo ejecutan. Por ello, creemos que es necesario solucionar el acoso sexual callejero en el Perú.
Es necesario solucionar el problema del acoso callejero, ya que muestra a la mujer como un objeto de deseo y satisfacción a través de los medios de comunicación, lo que incentiva el sexismo en nuestra sociedad. Observamos constantemente en la publicidad la imagen de la mujer que se fragmenta como un objeto que busca vender otro objeto; es decir, utiliza a la mujer para anunciar y promover la venta o consumo de productos, conocida como la objetificación mercantil que despoja a la mujer de su identidad (Franco, 2017). Asimismo, la figura de la mujer está asociada a un símbolo erótico acompañado con un lenguaje de insinuaciones y sobreentendidos, que provoca que sea vinculado con las expectativas de que la mujer sirve solamente para la satisfacción sexual. La publicidad filtra a la mujer como el acompañante dependiente del hombre, por lo que tiene que ser su servidora, adorno, amante y un premio, promoviendo los estereotipos y el machismo en la población (Márquez y Jáuregui, 2006). Según el Instituto Nacional de las Mujeres (2005), los medios de comunicación influyen de gran manera en la mentalidad de los espectadores, transmitiendo imágenes o estereotipos que perduraran profundamente en el tiempo. Los medios crean una ideología de la realidad social que en diversas ocasiones han influido en que las vidas de hombres y mujeres han sido construidos por estereotipos falsos y artificiales. Es en este entorno que con mayor frecuencia la mujer se presenta vinculada únicamente a su situación familiar, asociado perteneciente al ámbito doméstico y privado. En cambio, el hombre es definido por su situación profesional, correspondiente al ámbito público. Por lo expuesto, es necesario combatir el problema para evitar que más mujeres sean deseadas o vistas solamente como un objeto.
La figura de la mujer a lo largo de los años ha sido relacionado como un objeto para el hombre, por lo que se muestra como una servidora a través de la publicidad.