El transporte público representa uno de los principales espacios en el cual las mujeres suelen estar expuestas al acoso sexual. Para hacerle frente a esta problemática, las autoridades deberían implementar un servicio de buses para que las mujeres viajen seguras. Este medio de transporte estaría destinado solo para el uso femenino, y tendría que contar con cámaras de vigilancia, un botón de pánico conectado a la policía, y conductores altamente capacitados en temas de derechos humanos y prevención de violencia. Debido a la gran demanda del servicio del transporte público, las mujeres se encuentran más vulnerables a situaciones de acoso, pues como ya sabemos, suele haber mucha gente en los buses, y es ahí donde los acosadores aprovechan para rozar, manosear y denigrar sexualmente a las mujeres. Entonces, se deberá priorizar la circulación de los buses exclusivos para mujeres en horas de alto tráfico, para así evitar que sean víctimas del acoso sexual. Esta medida ya ha sido implementada en países como Japón, Indonesia, México, India, Brasil, entre otros países, en los cuales se optó por crear transportes que dividen hombres y mujeres para tratar de erradicar el acoso sexual. En conclusión, la creación de buses exclusivos para las mujeres, debería ser implementada en el Perú para disminuir el acoso sexual callejero de una manera más efectiva.

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Se recomienda la implementación de buses exclusivos para mujeres, porque generaría un impacto social en el cual, de una forma simbólica, se haría notar a los peruanos que el acoso sexual en transportes públicos es un delito que experimentan las mujeres día tras día, aportando así visibilidad al problema y transmitiendo a las mujeres que las autoridades ya lo consideran como una problemática que se debe erradicar. El acoso sexual en el transporte público es todo roce, mirada lasciva, palabras obscenas, insinuaciones, gestos y tocamientos indebidos que las mujeres peruanas enfrentan diariamente al hacer uso de este medio. Según el informe de la Fundación Thomson Reuters, en el año 2014, sobre seguridad de las mujeres en el transporte público, se muestra como resultado que Lima es considerada una de las ciudades con menor respeto hacia la mujer. En este mismo año Magaly Solier, una famosa actriz y cantautora peruana, denunció ser víctima de acoso sexual dentro del Metropolitano, manifestando que un hombre se había masturbado detrás de ella en la estación Aramburú, dejando en evidencia que en Lima, pese a contar con un sistema de transporte más moderno e interconectado, las mujeres siguen siendo vulnerables al acoso sexual. En el año 2017, el estudio de Percepción sobre Calidad de Vida en Lima y Callao realizada por la organización Lima Cómo Vamos, nos arroja como resultado que el 32.8% de mujeres habían sido víctimas de acoso sexual en el transporte público. Sin embargo, se sabe que la mayoría de veces las víctimas de acoso no reportan este problema. Según la investigación realizada en el 2018 por Evelia Hernández, licenciada en Ciencias Sociales, las mujeres no suelen denunciar esta clase de acoso sexual por diferentes motivos, en los cuales se resaltan el no considerarlo un delito, el pensar que denunciar es una pérdida de tiempo y el temor a represalias por parte del acosador. Lamentablemente, el acoso sexual en los transportes públicos es un problema común y socialmente aceptado. En consecuencia a esta problemática, en el año 2018, Eyvi Ágreda, una joven peruana de 22 años, fue prendida en fuego por Carlos Hualpa en un bus de Miraflores, perdiendo la vida un mes después de este intento de feminicidio. Teniendo presente que al implementar buses exclusivos para mujeres, se aportaría visibilidad al problema del acoso sexual en la sociedad, generando así, un valor simbólico para las mujeres y mostrándoles que no se encuentran desprotegidas ante acosadores, es primordial implementar esta medida.

 

Sin embargo, esta implementación de buses exclusivos para mujeres podría verse afectada en el contexto peruano debido a la desintegración de los medios de transporte públicos en el país. En el Perú se vive una situación caótica debido a factores como la desorganización, falta de integración y de control del transporte público. Según el Observatorio Ciudadano Lima Cómo Vamos (2015), el 75.6% de limeños se moviliza en transporte público o colectivo (Metropolitano, Metro de Lima, Corredores Complementarios, bus, cúster, combi y colectivo informal). Según el Séptimo Informe de Percepción sobre la Calidad de Vida del Observatorio Ciudadano Lima Cómo Vamos (2015), el 52.9% de los limeños y el 41.8% de los chalacos considera al transporte público como el segundo problema más importante de la ciudad. Actualmente, un déficit visible que presentan los medios de transportes es su integración, ya que medios de transportes como el Metropolitano, Tren Eléctrico y Corredores, solo se encuentran conectados en sus propias líneas de transporte, y no se llegan a complementar de una manera integral. Teniendo en cuenta el déficit de integración entre los medios de transportes ya existentes en el Perú, la implementación de buses exclusivos para mujeres podría agravar el problema de la desintegración, debido a que no solo estarían sin estar conectadas las líneas de transporte unas con otras, si no que también podría existir un desacuerdo de intereses entre los consorcios que lideran cada medio de transporte, lo que generaría  así que solo en algunas líneas se implementen los buses exclusivos para mujeres. Ante ello, una oportunidad para asegurar la implementación de buses exclusivos para mujeres sería implementar una ley en las cual se obligue a cada línea de transporte público a adaptarse a tener buses únicamente para el sector femenino, en sus flotas. De esta manera, cada línea de transporte formal del Perú se verá comprometida a cumplir con esta medida, lo que generaría así una red de líneas exclusivas para mujeres que ayudará a visibilizar y mostrar apoyo a las víctimas del  acoso sexual en los medios de transporte, mostrando así la voluntad política del Estado para comenzar a erradicar el acoso sexual.